El brote de botulismo aviar detectado el pasado 17 de julio en el Tancat de la Pipa, en el parque natural de la Albufera de Valencia, ha dejado hasta este lunes 331 aves muertas y 64 enfermas, y un total de dieciséis especies afectadas, si bien alrededor del 80% de cadáveres corresponden a ánades reales.

Así lo ha explicado a Efe Mario Giménez, delegado de SEO Birdlife en la Comunidad Valenciana, organización que junto a Acció Ecologista Agró gestiona este espacio natural donde sigue el proceso de secado para evitar concentraciones de aves y que en consecuencia se pueda dispersar la bacteria.

Giménez ha señalado que la mayoría de aves afectadas son ánades reales, de los que hay una población de entre 4.000 y 5.000 individuos en este parque donde no suele haber especies amenazadas, y también han encontrado ejemplares afectados de garceta común, cigüeñuela o cerceta común.

Ha indicado que, de las 40 hectáreas en las que hay que actuar, se ha secado ya uno de los tres filtros que componen estos antiguos campos de arroz junto a La Albufera, y luego se hará lo mismo con las dos lagunas, un proceso que espera que esté acabado esta semana, pues «se vacía más lento» de lo que les «gustaría».

La intención es que el Tancat de la Pipa permanezca seco lo que queda de verano «y como mínimo hasta mediados de septiembre», ya que mientras sigan las temperaturas altas hay más riesgo de que las aves puedan enfermar, y que con el otoño se vuelva a inundar el paraje «con un flujo de agua adecuado», ha explicado.

El responsable de SEO Birdlife en la Comunitat Valenciana ha indicado que, aunque en La Pipa no había habido nunca un brote de botulismo aviar, estos son habituales en los humedales en verano, dado que las altas temperaturas, los bajos niveles de agua y la concentración de aves los facilitan, como por ejemplo ha ocurrido en Daimiel, Doñana o El Hondo.

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