En su realidad paralela, Donald Trump volvió el miércoles de su viaje a la India y decidió tomar el control de la situación con el coronavirus, que ha provocado lo que más teme: el desplome de los mercados. Para el hombre que acuñó el término del ‘fake news», la mejor defensa siempre es negar la evidencia. Y en este caso, además, poner al frente al vicepresidente Mike Pence, nuevo zar contra el virus que, a su juicio, no llegará a Estados Unidos.

Así pues, «la infección parece haber remitido en los últimos días», concluyó el presidente estadounidense, que dijo haberse enterado recientemente del número de muertes que deja cada año una gripe normal en el país, entre 25.000 y 69.000. «¿Te lo puedes crees? ¡La gripe!». Tan familiarizado como está con el tema, aseveró que EE UU no corre ningún riesgo de sufrir la nueva epidemia, «gracias a todo lo que hemos hecho», aclaró. Pero a esa misma hora las autoridades sanitarias anunciaron el primer caso de contagio sin que la víctima, una mujer californiana, haya salido del país o recuerde contacto con algún viajero. El Gobierno californiano estima, de hecho, que podría ser el principio de un «contagio comunitario», que indicaría más gente infectada de la que se ha detectado.

El Centro para el Control de Infecciones afirma que la implantación del virus en EE UU es inevitable «la cuestión es cuándo»

«Estamos en un nivel muy bajo de riesgo», insistió Trump. «A medida que se mejoran (los 15 infectados, la mayoría procedentes de un crucero), los quitamos de la lista y pronto estaremos en uno o dos casos», afirmó triunfante. De todas formas, por si le fallara el cálculo, «la vacuna se está desarrollando muy rápidamente».

«La única cuestión es cuándo»

Por contra, el Centro para el Control de Infecciones (CDC, por sus siglas en inglés), había advertido horas antes de que la implantación del virus en EE UU resulta inevitable.

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