Las infecciones de las vías urinarias, comúnmente conocidas como infecciones de orina, son causadas por determinados microorganismos -como bacterias, virus u hongos- y pueden afectar a cualquier parte del aparato urinario: vejiga, uretra, uréteres o riñones.

En la mayoría de casos, las infecciones de orina son de origen bacteriano y suelen ocurrir en las vías urinarias inferiores, esto es, la vejiga y la uretra, según los expertos de Mayo Clinic. En estos casos, si se limita a la vejiga, puede ser molesta y dolorosa, pero puede tener complicaciones graves para la salud si se extiende a los riñones.

De esta manera, como explican en MSD Manuals, las infecciones urinarias pueden dividirse en afecciones del tracto superior que afectan a los riñones, como la pielonefritis, y del tracto inferior, como la cistitis (vejiga), uretritis (uretra) o prostatitis (próstata).

En determinados casos, las infecciones de las vías urinarias no originan síntomas, pero algunos signos de alarma pueden ser los siguientes:

En el caso de que los riñones sean los afectados por una infección, los síntomas se agravan y pueden incluir fiebre, vómitos, escalofríos, dolor en la parte baja de la espalda y náuseas, entre otros.

Resulta esencial acudir al médico ante cualquier síntoma característico de una infección urinaria porque aunque la mayoría de casos no precisan tratamiento hospitalario,

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