AL CEREBRO se puede llegar de dos maneras: a través de una patada quirúrgica en la pared del cráneo o sigilosamente, por la puerta de atrás. La puerta de atrás se encuentra en la ingle, por donde pasa la arteria femoral del mismo modo que la línea 5 del metro de Madrid pasa por Gran Vía. Basta introducir en ella un catéter y guiarlo a través del resto de las líneas del sistema circulatorio hasta alcanzar el mismísimo cerebro, con o sin trasbordos. El catéter es la versión clínica del Caballo de Troya. Al tratarse de un tubo hueco, se pueden introducir en él diversos dispositivos que sirven para estudiar o tratar las zonas de interés.

En realidad, la vía endovascular se venía utilizando exclusivamente hasta no hace mucho para establecer el diagnóstico y proporcionar al neurocirujano imágenes de la zona a intervenir. Tal era el trabajo del radiólogo, que un día se preguntó: “Si hemos logrado alcanzar la zona afectada, ¿por qué no tratarla también en el mismo acto?”.

El doctor Fuat Arikan, jefe clínico de neurocirugía del hospital Vall d’Hebron de Barcelona, español de origen turco, lo explica de esta forma:

—El tratamiento endovascular aparece de forma aislada antes de 1992. Yo vi que el futuro del neurocirujano que quería dedicarse al tratamiento de la patología vascular-cerebral pasaba por practicar también el tratamiento endovascular. Así que llevo a cabo, de forma paralela, actividad endovascular, a través de la ingle, y cirugía a cerebro descubierto, depende de lo que esté indicado en cada caso. En España no hay mucha gente que haga esto. En EE UU, en cambio, hace años que hay cirujanos que hacen las dos terapias, endovascular y quirúrgica. Aquí está costando que sea aceptado.

El doctor Fuat Arikan, durante una intervención de aneurisma practicada el pasado mayo.El doctor Fuat Arikan, durante una intervención de aneurisma practicada el pasado mayo. Carmen Secanella

Fuat Arikan tiene 44 años. Es alto, de ojos azules, y habla siempre en voz baja y con sintaxis, inclinándose ligeramente hacia el interlocutor. Le comprarías cualquier cosa que te vendiera.

 » Más información en elpais.es