En algunas ocasiones al levantarnos y mirarnos al espejo observamos unas coloraciones de color azulado o morado por debajo de los párpados, un oscurecimiento de la piel comúnmente conocido como ojeras.
Aunque a nivel general se trata de un problema principalmente estético, consecuencia de una falta de descanso o de sueño, «también pueden ser síntoma de alguna carencia alimentaria o de un problema de salud de otro tipo», explican en la Clínica Baviera.
El estrés, la mala higiene del sueño o la ansiedad suelen provocar ojeras, aunque también pueden aparecer como consecuencia de una alimentación desequilibrada, por problemas de circulación, retención de líquidos o por factores genéticos.
En cualquier caso, la presencia de ojeras o de bolsas en los ojos requiere del tratamiento más adecuado, ya que «la piel que hay alrededor de los ojos es mucho más fina, y por tanto más sensible que la del resto del rostro, y es por ello que también requiere un cuidado diario especial», destacan en la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
Los profesionales de dermatología son los encargados de diagnosticar las posibles causas de su aparición, así como de pautar un tratamiento y ofrecer las mejores recomendaciones dependiendo de cada caso. Sin embargo, es posible seguir algunas pautas desde casa para prevenir o reducir su aparición.