El kaki, también conocido como caqui, es un alimento originario de Asia que, como otros muchos alimentos orientales, han traspasado fronteras y se han introducido en nuestra gastronomía.
Este fruto es una baya comestible de piel lisa, brillante, y de color amarillo, anaranjado o rojo que, cada vez más, se consume como postre, merienda o como ingrediente para diferentes recetas.
Así, a continuación se explican algunas características nutricionales de esta baya comestible, que tienen repercusión en la dieta de aquellas personas que consuman habitualmente este alimento.
De modo general, el kaki se caracteriza en su composición por poseer vitamina C, provitamina A (b-criptoxantina) y taninos, entre otras cosas, tal y como indican desde la Fundación Española de Nutrición (FEN).
En cuanto a su aporte de energía, el caqui es una fruta que contiene el 80% de agua, por lo que aporta un 73 kcal por cada 100 gramos de producto comestible.
Además, el caqui contiene una proporción importante de hidratos de carbono (16%), fundamentalmente fructosa y glucosa. También contiene pectina y mucilagos (fibra soluble), que son los encargados de proporcionar consistencia a la pulpa del fruto.
Por otro lado, tiene una cantidad considerable de fibra insoluble. También hay que saber que la pectina y los mucílagos retienen agua,