En la sociedad actual son muchos los expertos que promueven una lucha que antaño ni siquiera se planteaban: los niños no aprenden mejor si se les castiga. Esto es lo que defiende la Disciplina Positiva, una disciplina educativa que se adapta a la sociedad de hoy y trata de cambiar la perspectiva que tenemos hacia el mal comportamiento del niño, tratando de que el adulto pueda adquirir y desarrollar comprensión. Y para lograrlo se basa en una serie de criterios: “Exige que los cuidadores y padres sean amables a la vez que firmes; permite que los niños tengan un sentimiento de pertenencia e importancia, su efecto es a largo plazo y, lo más importante, enseña habilidades de vida y valores para un buen carácter, considerando el error como una maravillosa oportunidad de aprendizaje”, explica por correo electrónico Lorena García Vega, formadora de familias y educadora de aula. “Además”, prosigue, “da mucha importancia a las fortalezas individuales a través de la capacitación del individuo”.

Para conseguir estos objetivos, la experta plantea que lo primero que deben tener los padres es paciencia ya que “muchas veces los progenitores desesperados por la mala conducta de sus hijos caemos en la trampa del castigo, que es mucho más inmediato, pero también mucho menos efectivo”. Entre los consejos, el más importante es reforzar la tolerancia a la frustración, que se consigue a partir de entrenamiento constante. Además, “poco a poco y conforme los padres vayan aplicando, o más bien integrando, la Disciplina Positiva en la cotidianeidad del día a día, podrán establecer una pieza clave, que es proporcionar amabilidad y firmeza al mismo tiempo, esto quiere decir te respeto y me respeto”, explica Vega.

Vega resalta la importancia de equivocarse: “es de sabios y errar es de humanos. No podemos estar fustigándonos ante nuestros errores porque tal y como apunta la Disciplina Positiva, el error es una maravillosa oportunidad de aprendizaje. También nos acerca a nuestros hijos, ya que nos ayuda a poder empatizar cuando exigimos una innecesaria perfección. El error nos conecta y este es otro de los principios de la Disciplina Positiva conexión antes que corrección”.

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