Ningún médico te ofrecería hoy alguno de los primeros analgésicos, hechos a base de plantas como la mandrágora, la adormidera y el cannabis. Tampoco te propondría métodos desarrollados con posterioridad como los torniquetes para restringir el flujo de sangre, la compresión de los nervios y la aplicación de frío. Ni falta que hace; hoy, la variedad de medicamentos para calmar o eliminar el dolor es ingente. Pero siempre se puede mejorar, y eso es justo lo que promete hacer un analgésico aprobado recientemente en Europa, que ha demostrado que puede reducir a la mitad el tiempo con dolor que algunos pacientes soportan hasta que notan la acción de los medicamentos comunes.

El fármaco, que está pensado para aliviar a los pacientes de urgencias de traumatología, se administra mediante un inhalador, y sus efectos son superiores a los obtenidos con los tratamientos habituales para estos casos. Su efectividad es mayor incluso que la que otorgan los analgésicos intravenosos más utilizados, que principalmente son antiinflamatorios y opioides.

El bálsamo es un líquido que tiene que ser vertido por un profesional sanitario en un dispositivo pequeño, portátil y ligero, en un inhalador. El paciente simplemente se lleva el dispositivo a la boca y respira normalmente, inhalando la medicación que necesite para obtener el nivel correcto de alivio del dolor, bajo la supervisión de un profesional sanitario.

Una novedad europea, estudiada en españoles

El medicamento está basado en el metoxiflurano, una sustancia que fue sintetizada en la década de 1940 por el químico orgánico estadounidense William T. Miller y que se reveló como un atenuante del dolor muy efectivo. “Es un éter halogenado que se utiliza como analgésico inhalado desde hace más de 40 años en Australia y Nueva Zelanda, pero hasta ahora la licencia europea no había sido solicitada”, explica Alberto Borobia, quien está al frente del ensayo de este medicamento, que en Europa se comercializará con el nombre de Penthrox, y que es miembro del grupo SEMES Dolor y de la Plataforma de Unidades de Investigación Clínica y Ensayos Clínicos (SCReN), los responsables del diseño y gestión del ensayo,

 » Más información en elpais.es