«Actualmente, las recomendaciones contra la exposición solar son insanas y no científicas (según controvertidos nuevos estudios) y, probablemente, racistas. ¿Cómo nos hemos equivocado tanto?». Esta frase, aparecida bajo un titular igual de provocativo (¿Es el filtro solar la nueva margarina?, en referencia a la recomendación en los años setenta de cambiar mantequilla por este producto vegetal que, por aquel entonces, se fabricaba hidrogenando la grasa convirtiéndola en trans, peor para la salud que la saturada de la mantequilla). El texto publicado en una web seria sobre «deporte, salud, fitness, medioambiente…», junto a las alarmas de la bajada de vitamina D en la población española y el coste que supone para los ciudadanos la mencionada recomendación general, provocaron el germen de este artículo. ¿Es el remedio peor que la enfermedad?

Comencemos echando números. La mortalidad del cáncer cutáneo no melanoma (CCNM) en España, es de 1,10 por 100.000 personas/año y del melanoma, de 2,17. ¿Se daría esta misma recomendación general, para toda la población, de uso continuado de un producto para la prevención de un mal con esta mortalidad, en otra área de la salud? «Según informes de EE UU, además de los costes sustanciales del tratamiento del cáncer de piel, los esfuerzos de prevención suponen un potencial ahorro porque reducen la incidencia, mortalidad y gastos de atención médica», explica Salvador González, catedrático acreditado, profesor asociado de Dermatología en la Universidad de Alcalá y director de la Unidad de Cáncer Cutáneo del Grupo de Dermatología Pedro Jaén. Y, «teniendo en cuenta que el empleo de fotoprotección solar es seguro y que los riesgos de no protegerse son evidentes, la respuesta es que sí, siempre desde el sentido común», reflexiona Alberto Conde Taboada, jefe de Dermatología de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Pongámosle, entonces, el mencionado sentido común. Si haces los cálculos, y según los datos que ofrece la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa), un adulto –de media– debería utilizar 30 mililitros de producto (repetimos, depende de la cantidad de piel que tenga;

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