Noviembre, miércoles, 11 de la noche, urgencias, tiempo de espera: de cuatro a seis horas. Las competentes y jóvenes enfermeras están atentas y hablan con franqueza. A un hombre de mediana edad y fuerte complexión se le quiebra la voz cuando se dirige a una de ellas para saber cuánto más ha de esperar. El desmantelamiento de nuestro sistema de salud no viene por una orden concreta. Las bases del sistema general para todos los ciudadanos se han ido perdiendo entre los papeles. ¿Desinterés? ¿Incompetencia? ¿Corrupción?

Santiago Quesada Casajuana. Barcelona

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