“Al ajedrez le debo todo lo que soy ahora”, dice Juan Francisco Calero, cuya vida está muy ligada a la Comunidad Terapéutica La Garrovilla, de Mérida (Badajoz). Hace años fue usuario porque era adicto a las drogas. Ahora es monitor de ajedrez, y aplica con los usuarios actuales el método que sirvió entonces para rehabilitarlo. Su autor, y ahora jefe de Calero, es el psicólogo Juan Antonio Montero, presidente del club Magic Extremadura, cuya labor en las aplicaciones sociales y terapéuticas del juego-ciencia durante diez años es una referencia mundial.


El monitor Juan Francisco Calero, durante una de las sesiones de rehabilitación cognitivaampliar foto
El monitor Juan Francisco Calero, durante una de las sesiones de rehabilitación cognitiva Oliver Haupt

El director Vázquez fue el primer sorprendido: “Me quedé estupefacto. Lo que en principio habíamos pensado como una ocupación útil del tiempo libre se convirtió en una herramienta terapéutica eficaz para recuperar las funciones cognitivas”. Su sucesora al frente de La Garrovilla, Carmen Quesada, coincide en esa opinión: “Obviamente, la mejora de los adictos empieza a través de la ciencia, pero si añadimos programas de estimulación y rehabilitación cognitiva, la mejoría, en general, es mayor”. Ello no quiere decir que automáticamente vaya a bajar el nivel de reincidencia: “Es alto, por desgracia, con y sin ajedrez, y ahí no debemos engañarnos, porque en ese índice influyen factores totalmente externos, como el entorno del adicto, las facilidades y recursos que se le den para reintegrarse en una vida sin drogas cuando salga de nuestra comunidad terapéutica, etcétera. Ahora bien, sí podemos decir que, con un entorno favorable, el ajedrez puede ser muy útil en la recuperación porque lo aprendido a través de él es transferible a las situaciones de la vida real”.

El ejemplo más evidente de cuán acertada es tal opinión se ve en Calero, cuya transformación está documentada, y que incluso dio una exhibición de partidas simultáneas hace unos años en el Parlamento de Extremadura. Cuando era adicto y usuario de La Garrovilla, escribió un artículo en el número 6 (año 2014) de la revista Ajedrez Social y Terapéutico.

 » Más información en elpais.es