Vincent Lambert, en una foto tomada en 2015 y distribuida por su familia. VÍDEO: REUTERS-QUALITY

Vincent Lambert ya descansa en paz. El francés de 42 años, tetrapléjico y en estado vegetativo desde que sufriera un accidente de tráfico en 2008, ha fallecido este jueves a las 8.24, nueve días después de que el hospital de Reims donde estaba ingresado lo desconectara de las máquinas que le mantenían con vida. Este caso se había convertido en el símbolo en Francia del debate sobre el derecho a una muerte digna, debido a que originó una larga y dura batalla judicial que dividió a su familia y ha hecho reflexionar a toda la sociedad francesa sobre las leyes en torno al fin de la vida y la eutanasia. De un lado estaban sus padres, católicos tradicionalistas que se oponían a lo que calificaban como una “eutanasia encubierta” y que trataron mediante todos los recursos legales posibles de impedir, hasta casi el último momento, su desconexión. Y del otro, su mujer, Rachel Lambert, y la mayor parte de su familia, que defendían que Vincent no habría querido seguir viviendo en las condiciones en que lo hizo durante más de una década. El problema es que Lambert no dejó por escrito sus deseos en un testamento vital, lo que marcó el complejo proceso que, con su muerte, ahora llega a su fin.

“Es lo que esperábamos desde hace años, estábamos listos desde hace años, es lo racional. Vincent estaba en estado vegetativo y él no habría querido vivir así. Espero que descanse en paz”, declaró François Lambert, sobrino de Vincent y uno de los principales portavoces de la parte de la familia que defendía una muerte digna para el enfermero. El sobrino manifestó su esperanza de que ahora la familia pueda pasar su duelo en la intimidad. “Para mí, el caso Lambert termina hoy”, dijo.

Pero, ¿ha terminado de verdad? El fiscal de Reims, Mathieu Bourrette, ha ordenado una autopsia, que se efectuará este viernes en París, para “conocer las causas de la muerte” de Lambert.

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