MARÍA MÁRQUEZ

  • «Habré visitado 50 médicos en Madrid, tardé cinco años en descubrir lo que me pasaba», dice una de las afectadas.
  • La mayoría de médicos desconocen esta enfermedad, ya que hasta hace solo unos meses la OMS no la reconocía.
  • Se caracteriza por la acumulación atípica de tejido adiposo sobre todo en las piernas y afecta al 16% de mujeres.

Afectadas de Lipedema

Ana, Carmen, Marina, Montse y Vivian forman parte del 16% de mujeres que padecen lipedema. Son las mismas que han tenido que escuchar durante años que su problema no era más que sobrepeso porque el lipedema no es considerado una enfermedad por muchos médicos. Hoy, empieza a haber tratamientos específicos en España y ellas, hoy, luchan por que otras no pasen por el mismo calvario el día de mañana.

«Habré visitado 50 médicos diferentes en Madrid y aún así tardé cinco años en descubrir lo que me pasaba». Las palabras de Marina Penalva, una de las afectas por lipedema, son compartidas por la mayoría de mujeres que sufren esta enfermedad. El problema es el desconocimiento, ya que hasta hace solo unos meses la OMS no la reconocía como patología.

El lipedema es una enfermedad crónica y degenerativa que se caracteriza por la acumulación atípica de tejido adiposo sobre todo en las piernas, aunque otras partes del cuerpo como los brazos también pueden verse afectadas. Es la sensación de que tus extremidades no pertenecen a tu cuerpo. Parecen de una persona distinta.

«Los brazos que tengo son los de una señora de 150 kilos», señala Montse Sabajanes. «Tengo piernas de vieja», expresa Carmen Martínez, presidenta de Adalipe -asociación enfocada exclusivamente al lipedema en España-. Pero no es solo un problema estético, hay dolor, hay limitación de actividades y hay otros problemas asociados a esta enfermedad.

«Tenía que tomar pastillas para el dolor»

Ana, Carmen, Marina, Montse y Vivian han visto cómo desde la adolescencia tenían tendencia a engordar, sobre todo algunas partes como las caderas y las piernas. Han vivido eternamente a dieta, haciendo el ejercicio que podían pero sin obtener resultados. Tras mucho esfuerzo, conseguían adelgazar algo, pero la grasa de las piernas y en ocasiones la de los brazos, nunca se iba.

Con los años, la mayoría ha ido experimentando dolor. A veces un dolor al tacto y otras un dolor constante,

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