«Las clases son presenciales pero virtuales. Una sensación de que aunque estemos lejos, estamos cerca», explica Patricia Guillem, catedrática de Epidemiología, Salud Pública y Medicina Preventiva en la Universidad Europea de Valencia, sobre la nueva situación de impartir sus asignaturas. Las preguntas sobre la Covid-19 no faltan. Sobre todo con el nuevo escenario que se avecina en las próximas semanas.

-¿Cómo ve el planteamiento que ha realizado el Gobierno sobre la desescalada?

-Está planteada desde una perspectiva muy prudente. Todos tenemos muchas ganas de correr en este proceso pero, con todo lo que nos ha costado, con sus sacrificios, debemos tener paciencia con las fases que nos ha planteado el Gobierno. Debemos ser muy conscientes de que las cifras han bajado pero que no significa que haya que bajar la guardia porque, por desgracia, es una enfermedad muy transmisible. Se están relajando las medidas de distanciamiento social por el pensamiento mayoritario de la población de que ser más permisivos con las restricciones implica más contactos. Además, en nuestra cultura nos cuesta más que otros países del norte de Europa mantener las distancias.

«El calor es una buena herramienta para evitar que el virus perdure en #las superficies»

-¿Se está dando demasiada importancia a la influencia del calor?

-Es un factor externo que va a ayudar a controlar la enfermedad. Cuando el virus se libera al ambiente por parte de una persona a través de microgotas y recibe calor, es mucho más fácil que lo inactive. Es un virus que por sus características de composición es bastante fácil de atacar mediante desinfectantes o, en este caso, por medios térmicos. El calor va a ser una buena herramienta sobre todo para evitar que el virus perdure en el espacio ambiental o en algunas superficies.

-El virus ha demostrado un gran poder de contagio.

-Al entrar en otra persona,

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