Llega el verano y los campamentos de verano son una opción ideal para que los más pequeños puedan estar atendidos al tiempo que disfrutan de sus vacaciones, al aire libre, con juegos y actividades y rodeados de amigos. No obstante, y aunque no es lo común, a veces pueden sufrir algún que otro percance, como una lesión, una enfermedad o una picadura. Este año, además, hay que tener en cuenta el riesgo adicional provocado por la pandemia de coronavirus, que también determinará las precauciones que deberán tomarse con los niños.

Los problemas más comunes

Por ejemplo, en los campamentos pueden darse brotes de enfermedades infecciosas comunes como las que en general pueden surgir en concentraciones grandes de niños que pasan tiempo juntos: enfermedades leves de las vías respiratorias altas (resfriados), diarreas y gastroenteritis, impétigo y micosis (hongos) cutáneas (pie de atleta) o conjuntivitis, tal y como recoge la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria (SEPEAP).

Por otra parte, especialmente si el campamento es en el campo, los niños podrían mostrar reacciones a plantas o insectos (en forma de asma o alergias), sufrir picaduras de diversos animales, e infestaciones de parásitos como piojos o garrapatas.

Finalmente, algunas actividades entrañan ciertos riesgos específicos. Un caso así es el de las piscinas,

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