El sobrepeso y la obesidad clínica son dos problemas cada vez más prevalentes entre los habitantes de los países desarrollados, y la vía para solucionarlos pasa de manera casi irremediable por adoptar un régimen de actividad física adecuado.

Cuando perder peso es el objetivo, existe cierto tipo de ejercicios que es más apropiado que otros, en función de las partes de nuestro cuerpo que ponen en movimiento y el nivel de actividad y gasto energético que implican entre otros factores.

Correr y caminar

A grandes rasgos, los ejercicios pueden dividirse en dos grandes categorías: fuerza y cardiovascular. Ambos suponen una quema importante de calorías y aceleran el metabolismo, con lo que pueden contribuir a la pérdida de peso, pero sin duda es el cardiovascular el que sobresale a este respecto. Cuando el objetivo es esto, no puede faltar el entrenamiento cardiovascular en la rutina, como bien señala la revista Women’s Health.

Quizás la manera más sencilla de asegurar el ejercicio cardiovascular es correr; puede realizarse sin apenas necesidad de equipo (más allá de la ropa y las zapatillas adecuadas) y en la propia calle. Eso sí, hay que tener en cuenta que puede resultar algo lesivo para las piernas: por ello, conviene comenzar suavemente e ir incrementando gradualmente el tiempo y la intensidad.

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