El Gobierno británico planea su respuesta a la «muy probable» extensión del coronavirus, en palabras del primer ministro, Boris Johnson, con la idea de que puede infectar hasta a uno de cada cinco trabajadores al mismo tiempo, lo que supondría algo más de seis millones de casos. Según el Gobierno de Gales, que forma parte de la coordinación nacional, la fase más aguda de la epidemia podría ser en mayo o junio, aunque se esperan sucesivas oleadas.

El plan se describe en cuatro fases: contener el virus, retrasar su extensión, investigar su origen y su cura, y mitigar su impacto cuando se haya generalizado la infección. Johnson ha alentado a la población a vivir por el momento con normalidad y a lavarse las manos regularmente con agua y jabón con una duración que permita cantar dos veces el ‘Happy Birthday'(Cumpleaños feliz).

El plan contempla, si se llega a la situación crítica, que los hospitales aplacen tratamientos que no son urgentes, que la Policía no responda salvo a los delitos más graves, que el Ejército pueda desplegarse para reforzar servicios logísticos. También la cancelación de eventos masivos y el reclutamiento de personal médico jubilado. Se ha detectado ya acaparamiento de alimentos en algunos supermercados del país. El número de infectados identificados en Reino Unido ha pasado de 39 a 51.

Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, anunció este lunes que el Estado confiscará «todas las reservas y la producción de mascarillas de protección» para distribuirlas al personal sanitario y a las personas infectadas con el coronavirus. La decisión se produce después de que el ministro de Economía, Bruno Le Maire, denunciara la multiplicación de su precio, así como el de los geles antisépticos. Su gabinete ha abierto una investigación sobre la especulación y no descarta limitar los precios por ley.

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