Adriana Lastra este martes en el Congreso. EP/ EFE

La portavoz del grupo parlamentario socialista, Adriana Lastra, ha avanzado este martes que la primera proposición de ley que tramitará el Congreso será la ley de eutanasia presentada por el PSOE, al ser el grupo mayoritario con 120 diputados. Lastra ha dicho en declaraciones a los medios al término de la Junta de Portavoces que es «una ley que está esperando mucha gente en este país». Los socialistas registraron este viernes en la Cámara baja su primer paquete de iniciativas de la legislatura, entre las que incluyeron la ley que legaliza la eutanasia. Según el texto, esta práctica quedaría bajo el paraguas del Servicio Nacional de Salud (SNS), es decir, se financiará con dinero público si es aprobada por los parlamentarios. 

Lastra ha explicado que su grupo ya ha comenzado a registrar la que quiere que sea su «hoja de ruta» como grupo parlamentario y aquí ha citado iniciativas como la memoria democrática, contra el llamado pin parental, la lucha contra el cambio climático y, este martes, una sobre los desastres naturales. En el caso de la eutanasia, el texto registrado por el PSOE explica que esta práctica será de aplicación a «toda persona mayor de edad y en plena capacidad de obrar y decidir» que pueda «solicitar y recibir dicha ayuda», siempre que lo haga «de forma autónoma, consciente e informada», y que se encuentre «en los supuestos de enfermedad grave e incurable o de enfermedad grave, crónica causantes de un sufrimiento físico o psíquico intolerables».

Será, por tanto, el propio enfermo quien deba solicitar la eutanasia a su médico y este deberá informarle debidamente del proceso que ha de seguir. Además de la de su facultativo, el paciente deberá contar con una segunda opinión y su petición pasará por las comisiones de seguimiento de las distintas comunidades autónomas, como responsables de las competencias en materia sanitaria. Este procedimiento no podrá durar más de 32 días, según la propuesta. La normativa pretende regular, además, la labor de los médicos ante estos casos y permitir que los profesionales que así lo deseen puedan apelar a la objeción de conciencia para no practicar la eutanasia.

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