Septiembre es sinónimo de vuelta a la rutina, al trabajo, los estudios… y también de la mal llamada ‘depresión postvacacional’, esa tristeza y desánimo que sentimos al tener que volver a trabajar tras las vacaciones. Sin embargo, aunque después del primer madrugón de la temporada seamos incapaces de verlo, volver a la rutina tiene muchas ventajas, especialmente para nuestra salud, tanto física como mental. Veamos algunas de ellas.

Adiós a los kilos de más

Por mucho que nos cuidemos, es normal que durante las vacaciones nos relajemos más con el tema de la alimentación, comamos cosas que no tomamos habitualmente… Eso tiene como consecuencia que, durante las vacaciones tendamos coger algún kilo.

Si tenemos un peso normal, coger un par de kilos no tiene por qué ser un problema, pero sí puede llegar a serlo si seguimos cogiendo peso, aunque sea poco a poco. Con la vuelta a la rutina, a las comidas en casa, etc., lo normal es que, en pocas semanas y sin mucho esfuerzo, esos dos kilos desaparezcan y volvamos al peso que teníamos antes de las vacaciones.

Comemos más saludable y bebemos menos alcohol

En vacaciones, se convierte en habitual lo que durante el resto del año solemos dejar para los fines de semana u ocasiones especiales: una cervecita o un vino a media tarde,

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