En la última semana de marzo, el hospital Severo Ochoa de Leganés se convirtió en la zona cero de la crisis del coronavirus en España. En sus urgencias, con capacidad para 90 personas, esperaban su turno más de 300. Los enfermos llenaban los pasillos, en camas, en sillas de ruedas o en el suelo. Y su Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pese a que había pasado de 10 a 34 plazas, se encontraba desbordada.

EN DATOS:

Momento crítico.

Al principio de la crisis, muchos hospitales multiplicaron por tres la capacidad de sus UCI.

Desbordadas.

En Madrid, Barcelona, Castilla y León o Castilla-La Mancha llegaron al 200% de su capacidad.

El ejemplo de Ifema.

El hospital de campaña, que ya empieza a tener camas libres, cerrará a finales de mayo.

Dos semanas después, la UCI del Severo Ochoa continúa al límite, pero estar al límite de su capacidad es casi un alivio cuando los profesionales recuerdan lo que antes tuvieron que vivir. «Sí, se observa una desescalada en este hospital en concreto y yo creo que en todos los hospitales», decía hace unos días José Rivera, portavoz del Severo Ochoa. «A escala hospitalaria, la situación es más estable. Los pacientes en UCI no aumentan tanto y empieza a haber bastantes altas», coincidía Empar Loren, enfermera en el hospital Arnau de Vilanova de Lérida, en declaraciones a AFP.

Las UCI han estado al 200% de su capacidad en algunos hospitales de Madrid, Barcelona, Castilla y León o Castilla-La Mancha, según datos de la Sociedad Española de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), y la falta de material sanitario adecuado ha hecho que estos profesionales se hayan convertido en uno de los grupos con más contagiados.

España supera los 15.000 muertos, pero los fallecidos diarios caen a 683

Sin embargo, las medidas de confinamiento, que han supuesto un descenso en el número de contagios, ha sido el primer eslabón de una cadena que termina en las UCI y que ahora comienza a ofrecer resultados positivos.

 » Leer más