La pandemia del coronavirus ha sido la llave que ha abierto la puerta a una tecnología prometedora para combatir otras enfermedades en un futuro no tan lejano: el ARN mensajero. A pesar de ser una herramienta que lleva décadas estudiándose para hacer frente a otros patógenos, -como la influenza, el VIH o el zika-, esta ha sido la primera vez que se ha probado una vacuna de ARNm (ácido ribonucleico mensajero).

Los resultados de las vacunas para hacer frente al SARS-CoV-2, como las desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna, son realmente prometedores al haber demostrado un alto porcentaje de eficacia. Este ha sido el salto definitivo para impulsar este tipo de vacunas.

El potencial de esta tecnología para las enfermedades infecciosas es esperanzador «dado que solo necesita tener una secuencia de nucleótidos, poder meterse en un vehículo e inyectarse. Puede tener un potencial para muchos otros patógenos, desde la hepatitis C hasta la malaria o para otros posibles virus que pudieran crear pandemias en un futuro», indica a 20minutos Montserrat Plana, investigadora de Idibaps y miembro del grupo de Sida e infección por VIH.

El próximo paso podría ser conseguir una vacuna contra los virus que causan la gripe y que mutan cada año. Este es uno de los proyectos científicos más relevantes en el que se están centrando algunas farmacéuticas como Moderna,

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