El Ministerio de Sanidad recomendó hace dos semanas a niños y embarazadas que no consuman atún ni pez espada por la presencia de mercurio en estos pescados. “Esa recomendación llega 20 años tarde”, se queja Nicolás Olea (Granada, 1954; 65 años). El catedrático de la Facultad de Medicina de Granada lleva dos décadas estudiando el impacto de los denominados disruptores endocrinos -aquellas sustancias químicas que alteran el equilibro hormonal- en la población. Uno de ellos es el mercurio, pero hay muchos más, presentes en objetos de consumo cotidiano. “Hemos detectado que muchos niños con déficit de atención o hiperactividad han tenido más exposición al mercurio durante el embarazo”, advierte. Ahora, el científico acaba de publicar ‘Libérate de tóxicos’ (RBA), donde exige más regulación para estas sustancias.

Pregunta. ¿Estamos expuestos a contaminantes químicos?

Respuesta. Hay productos de los que tenemos constancia de su toxicidad: se llaman compuestos CMR (Carcinogénicos, Mutagénicos y Reprotóxicos) y la única exposición que existe es la profesional, muy regulada. Pero luego hay productos que contienen lo que llamamos disruptores endocrinos, es decir, que afectan y alteran el sistema endocrino, y que están presentes en todo tipo de objetos de consumo habituales: en los embalajes, en los cosméticos, en los textiles y hasta en los alimentos. Estamos expuestos a ellos a diario.

P. ¿Qué productos contienen disruptores endocrinos?

R. Los pesticidas y herbicidas usados en agricultura, los plásticos del envase alimentario, el papel y cartón reciclado, cosméticos, productos de higiene… Por ejemplo, los tíques de caja térmicos, aquellos que no tienen tinta ni cinta, están hechos de Bisfenol A, que es un disruptor endocrino. Si lo tocas con las manos húmedas y luego comes, se produce una exposición oral y dérmica. Hay muchas mujeres jóvenes trabajando de cajeras, y este tóxico puede afectar a la fertilidad. Además, esos tíques se reciclan, de manera que contaminan todo el papel y el cartón reciclado. La Unión Europea los va a prohibir en enero. Pero en Francia lo hizo en 2013. El Bisfenol A se encuentra también en plásticos como el policarbonato,

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