Los videojuegos han hecho sin pretenderlo una considerable contribución a la lucha contra el cáncer. Lo explica el matemático griego Nikos Paragios, que se dedica a la mejora del diagnóstico y el tratamiento de los tumores aplicando inteligencia artificial en la Universidad de París-Saclay.

Las unidades de procesamiento de gráficos que desde hace más de 20 años son responsables de crear gráficos en tres dimensiones cada vez más realistas en nuestros ordenadores y teléfonos móviles pueden ser reeducadas para convertirse en efectivos detectores de marcas visuales de cáncer. Este tipo de aplicaciones están ya en un estado de madurez que las hace igual o más efectivas que el ojo humanos para hacer cosas asombrosas, por ejemplo analizar las imágenes por escáner de los pacientes y determinar la dosis exacta de radiación que deben recibir. Esto permite reducir la cantidad de efectos secundarios del tratamiento, algo especialmente útil cuando hay riesgo de dañar órganos delicadísimos como el nervio óptico.

“La idea de usar las matemáticas contra el cáncer es no tratar de validar una hipótesis a priori, sino encontrar cosas que los humanos ni siquiera habíamos podido ver en los datos y que tal vez pueden explicar el éxito o fracaso de un tratamiento”, explica Paragios, que ha visitado España para impartir una conferencia en el congreso anual del grupo de investigación en cáncer de mama Solti.

Escáneres de pacientes sobre los que el sistema de visión artificial identifica los órganos que pueden verse afectados por la radioterapia.Escáneres de pacientes sobre los que el sistema de visión artificial identifica los órganos que pueden verse afectados por la radioterapia. Paragios

Paragios explica que estos algoritmos son en esencia bastante “estúpidos”. Su objetivo es analizar cada píxel de una imagen —por ejemplo, el escáner de un paciente de cáncer tratado con un medicamento concreto— y compararlo con otros repetidas veces sin intentar buscar patrones ni aplicar la intuición. Puro procesamiento de datos: primero se alimenta el algoritmo con decenas de miles de imágenes y, una vez entrenado, se le aporta un nuevo paquete de datos para ver si puede encontrar cosas interesantes.

Paragios dice que estos algoritmos analizaron imágenes médicas de 25.000 pacientes y que expuestos después a unos 30 casos nuevos fueron capaces de mejorar el tratamiento con radioterapia un 17%.

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