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  • Induce un estado de relax que resulta muy positivo durante la realización de tratamientos o técnicas invasivas.

Realidad virtual

Para estar mejor a nivel físico ante un procedimiento o tratamiento médico ayuda mucho encontrarse relajado a nivel psicológico. Son muchas las veces que intentamos imaginarnos felices en la playa o la montaña para afrontar de una manera más sosegada una situación que no nos gusta.

La medicina ha hecho uso de este poder de la imaginación y son ya varios los centros hospitalarios que están empleando la terapia con realidad virtual (RV) para ayudar a los pacientes a evadirse temporalmente, frente a un difícil tratamiento o proceso quirúrgico. La RV crea en la persona la sensación de estar inmersa en otro entorno al incluir imágenes virtuales hiperrealistas a través de la realidad aumentada o de vídeos en 360 grados.

Gracias a esta estrategia, los pacientes pueden disfrutar de diferentes aplicaciones según sus edades y preferencias: expediciones por tierras africanas, entornos de relajación, viajes por el espacio, recorridos por el fondo marino, o contenidos lúdicos infantiles, por ejemplo.

La doctora María Herrera, jefa del Servicio de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, que hace uso de la RV en algunos de sus tratamientos, subraya que «La realidad virtual es una gran aliada, más aún si tenemos un diagnóstico cuyo abordaje requiere frecuentes visitas, como una enfermedad oncohematológica; para pacientes de cuidados paliativos; o cuando hablamos de pacientes pediátricos, en los que el miedo a lo desconocido es más difícil de gestionar y las explicaciones racionales tienen pocas opciones de surtir efecto».

Concretamente, Herrera destaca que para los pacientes oncohematológicos logra mejorar su estado de ánimo y en los pediátricos hace que disminuya la percepción del dolor y de la ansiedad, favoreciendo una mayor tranquilidad en los familiares. «Se apoya en la teoría de alcanzar un estado de relajación a través de la visualización de espacios o de personas, que favorecen la desfocalización de la atención del paciente paliativo de su proceso clínico», añade.

«Se trata de pacientes muy delicados para los que supone un mayor nivel de distracción ante un proceso doloroso, físico o emocional, facilitando así alcanzar un estado de quietud interna, y de relajación, e intentando además disminuir con ello parte de la medicación ansiolítica»,

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