Hace unos días, la ONU advirtió de que la mayoría de algoritmos de inteligencia artificial para combatir el coronavirus aún no sirven. Este organismo sí que reconoce unas tareas en las que herramientas como el machine learning pueden ser útiles. Por ejemplo: identificación de imagen médica, creación de medicamentos, o predicción de la expansión del virus. Pero aún estas soluciones no están maduras.

Por un lado, si no se disponen de buenos datos probados durante el suficiente tiempo, esta tecnología falla mucho. Por otro lado, la ONU también especifica que la mayoría de artículos científicos de esta disciplina que están publicándose estos días, no han sido revisados por pares, por lo que su eficacia hay que ponerla aún en entredicho. Al mismo tiempo, el informe en que recogió estas ideas orienta sobre la dirección de los esfuerzos para que la inteligencia artificial sí que sea útil en pandemias en el futuro. Recordemos la ley de Roy Amara: «Tendemos a sobrestimar el efecto de una tecnología a corto plazo, y subestimarlo en el largo».

¿La IE puede predecir una pandemia?

La inteligencia artificial inunda titulares y nos vende que puede hacernos vivir mejor y trabajar menos. Podríamos pensar que no ha tenido ninguna intervención en la actual pandemia global de coronavirus. ¿O sí?

El 31 de diciembre del año pasado, una startup canadiense llamada BlueDot, dedicada a la vigilancia automática de enfermedades, emitió un aviso a sus clientes para que evitasen la región de Wuhan, y vaticinó a qué ciudades podía extenderse de manera inminente el virus. La OMS no lanzó tal aviso hasta 9 días más tarde. Por lo tanto, la inteligencia artificial sí que tiene un papel en la predicción de pandemias. Aunque depende de a qué llamemos «predecir».

BlueDot destina sus esfuerzos a la monitorización de fuentes de información, tales como noticias locales, mensajes de autoridades sanitares locales y reservas de vuelo para los próximos días.

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