La mitad de la población española tiene hipercolesterolemia (o colesterol LDL, el malo, elevado), uno de los principales factores de riesgo para padecer una enfermedad cardiovascular, según los datos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Además, solo el 46,4% de ellos es consciente de sufrir este problema. Para bajarlo y mantenerlo a raya, uno de los fármacos más utilizados son las estatinas, pero su consumo —muy elevado en España, creció un 442% entre 2000 y 2012, según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios— no está exento de polémica.

La literatura científica se ha expresado tanto a favor como en contra de estos hipolipemiantes (sustancia que disminuye los lípidos en sangre). Como cualquier otro medicamento, no se libran de una larga lista de efectos secundarios, como mialgias, problemas renales, hepáticos y estomacales; disfunción eréctil, pérdida de memoria o diabetes. E incluso, según se informó en Materia, un análisis en 2018 apuntó a que existe un exceso de prescripción de estos fármacos en las personas mayores de 40 años. El último argumento con el que se ataca a este fármaco es que no funciona en los casos en los que las personas tienen más de 65 años y están sanas. Pero, ¿cuál es la realidad sobre la efectividad de estas pastillas?

Los casos en los que son indispensables

Los médicos tienen claro que funcionan en algunos casos. Por ejemplo, indica Rafael Ramos, médico de familia, investigador del Grupo de Investigación en Salud Vascular del Institut Català de Salut de Girona y profesor de Ciencias Médicas de la Universidad de Girona, sirve para «las personas que ya han sufrido o para quienes tienen una enfermedad genética que haga elevar el colesterol y tengan mayor riesgo de padecer una patología cardiovascular».

«Un diabético, un hipertenso o un fumador también se consideran son pacientes de alto riesgo, incluso cuando no tienen el colesterol alto», señala Alfonso Valle, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital de Denia y vocal de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la SEC. 

 » Más información en elpais.es