Sobre la falda de la montaña de Collserola, con la ciudad de Barcelona a sus pies y el Mediterráneo al frente, un ejército de batas blancas batalla a contrarreloj para combatir una de las principales causas de muerte en los países desarrollados: el cáncer. Casi una de cada seis defunciones en el mundo es por esta enfermedad, según la Organización Mundial de la Salud.

Tabernero reivindica a
los científicos españoles

Tabernero reivindica el prestigio de la investigación española en un contexto en el que, en pocos meses, se ha puesto en tela de juicio la labor de dos grandes nombres de comunidad científica. El doctor Josep Baselga abandonó la dirección del Memorial Sloan Kettering de Nueva York después de que The New York Times revelase que omitió los pagos que recibió de compañías relacionadas con la investigación oncológica en algunos artículos. El investigador Carlos López Otín también ha tenido que retirar de golpe ocho de sus investigaciones por presuntas irregularidades en las fotografías que acompañaban sus artículos.

“Estas noticias pueden crear un estado de incertidumbre, pero hay que analizarlas bien. López Otín es un gran investigador, ha hecho muchos avances que han contribuido a salvar vidas. Es bueno que haya transparencia, pero también dimensionar la realidad de las cosas”, apunta Tabernero. Y añade: “Hay un movimiento de transparencia importante que es bueno. Pero de esto a criminalizar las cosas, pues no. Esto no está bien y hay que evitar que pase, pero hay que separar muy bien errores técnicos de lo que es una carrera científica”.

Tabernero considera que, en torno a estos casos, “hay un movimiento de transparencia pero paralelamente a esto hay un movimiento de persecución y crucificación”. “Cuanto más arriba estás, más decisiones tomas y cuantas más decisiones tomas, son decisiones que a alguien no le gustan”, justifica.

Al mando del pelotón de batas blancas está el doctor Josep Tabernero (Barcelona, 1963), director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO) y presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica. Desde un despacho escondido entre los laberínticos pasillos del hospital Vall d’Hebron diseña las estrategias de abordaje del cáncer que luego pone en práctica en la consulta y en el laboratorio.

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