La publicación de las memorias de Demi Moore está provocando ciertos daños colaterales y sacando a la luz algunas de las víctimas de su pasado. Las más directas, como no podía ser de otro modo, han sido sus tres hijas, nacidas de su matrimonio con el también actor Bruce Willis

Algo más de un mes después de que saliera a la venta el libro de la actriz (que en inglés se llama Inside Out y llegará a las librerías españolas el 23 de enero de la mano de Roca Editorial), Rumer, de 31 años, Scout, de 28, y Tallulah, de 25, se han juntado con su madre en un plató para participar en el programa Red Table Talk, que presenta Jada Pinkett Smith y que se podrá ver a partir del lunes a través de Facebook Watch. Durante la grabación, charlaron acerca de cómo habían vivido la peor etapa de Moore, en concreto su alcoholismo. 

Tallullah Willis, la más pequeña de las chicas, habló de lo duro que había sido que su madre sufriera una recaída en la bebida después de una cierta recuperación. «Era como si el sol se ocultara, como si llegara un monstruo», explicaba la joven con dureza sobre cómo era la situación familiar cuando Moore —de 56 años— volvía al alcohol. «Recuerdo cómo la ansiedad recorría todo mi cuerpo cuando me daba cuenta de que sus ojos estaban un poco más cerrados, o por la manera en la que hablaba. O porque era más cariñosa conmigo si no estaba sobria», rememora en un adelanto de la entrevista a la que ha tenido acceso la revista People.

«Era terrorífico», la apoya Rumer, su hermana mayor. Pero Tallullah aún cuenta más cosas. «Era muy extraño, y había momentos en los que sentía mucha irritación», explica. «Me acuerdo de estar muy enfadada y de tratarla como si fuera una niña, hablarle como si fuera una niña. No era la madre con la que habíamos crecido».

 » Más información en elpais.es