El consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha decidido este martes suspender la concesión de nuevas licencias de apertura para casas de apuestas en la región. La medida, que estará vigente mientras se elabora el nuevo decreto regulador de la actividad, se ha tomado tras la realización de una radiografía del juego en la región, que ha revelado que hay 678 locales dedicados a las apuestas, especialmente concentrados en distritos desfavorecidos de la capital, y con una clientela particularmente joven. También Barcelona prohibió el mes pasado abrir más casas de apuestas.
“No se trata de ir contra la libre creación de casas de apuestas, pero hay una concentración excesiva en determinados distritos, y una edad de acceso que genera luego cuando son mayores ludópatas”, ha argumentado la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso. “Es un problema de salud pública que se ceba con menores y sectores sociales muy concretos”, ha subrayado. Y ha rematado: “No todo es cuestión de regulación, pero cuando no la hay tiene un efecto salvaje. Tenemos que estudiar cómo conjugar esta actividad con un problema de salud pública evidente”.
Desde 2014, el número de casas de apuestas en la región ha crecido un 125%, según datos del Gobierno. Aunque el anterior Ejecutivo, encabezado por Ángel Garrido, negó que eso supusiera un problema, el nuevo, con Díaz Ayuso al frente, opina que este negocio ha proliferado en Madrid “por encima de la media del resto de España” y que por lo tanto hay que regularlo.
En los últimos meses, la Comunidad ha establecido una distancia mínima para separar los locales de apuestas de los centros educativos (100 metros, aunque los empresarios tienen diez años para cumplir); ha modificado la ley; y ahora prepara un nuevo decreto. El mejor resumen de un problema que no cesa, y que ha sido denunciado repetidamente por la oposición en la Asamblea.
Según el análisis que realizó EL PAÍS el año pasado, uno de cada cuatro centros de bachillerato y FP de Madrid se halla junto a un salón de juego.