Beatriz L. D., la auxiliar de enfermería de 39 años del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares (Madrid) acusada de asesinar a dos ancianas e intentarlo con una tercera, ha utilizado su derecho a la última palabra en la sesión de hoy del juicio y antes de que se entregara el objeto del veredicto al jurado. «Me gusta dar la vida, no quitarla», ha señalado la auxiliar, que se enfrenta una petición de prisión permanente revisable, o subsidiariamente a 40 años de prisión.

La auxiliar se ha dirigido al jurado y ha mantenido que el hecho de que pasar la última a la habitación 528, en la que murió la paciente Consuelo D., de 86 años el 2 de agosto de 2017, no significa que fuera ella la autora del asesinato. «Nunca se me ha pasado por la cabeza matar a nadie. Me gusta dar vida, no quitarla», ha apostillado. 

La acusada ha preguntado al jurado si a ella sería capaz de asesinar a alguien cuando tiene su hogar, su hija y su familia. «Yo no tengo culpa alguna. Mi conciencia está tranquila y mi corazón limpia. Mantengo que soy inocente», ha repetido, al igual que hiciera en la primera sesión del juicio, cuando fue interrogada por todas las partes.

El fiscal ha mantenido la petición de 40 años de prisión como supuesta autora de dos delitos de asesinato. Además del ocurrido el 2 de agosto de 2017, también se la incrimina en la muerte de una mujer de 92 años registrada el 29 de julio de 2015. La paciente se encontraba en la habitación 532 y, al igual que ocurría con Consuelo D., iba a recibir el alta al día siguiente tras haber tenido una palpable mejoría. El ministerio público afirma que la auxiliar de enfermería metió aire o gas en las venas de ambas pacientes en cantidad suficiente como para causarle una embolia gaseosa masiva y provocarles la muerte en cuestión de minutos. Según la fiscalía, pudo utilizar una jeringuilla o el conducto del oxígeno de la habitación.

 » Más información en elpais.es