El verdadero nombre de Tiger Woods es Eldrick. Así le llamaron por comenzar por E, como Earl, su padre, y terminar por K, como Kutilda, su madre. El apodo de Tiger con el que el golfista estadounidense se ha hecho famoso se lo puso su padre en recuerdo a un compañero que murió en la guerra de Vietnam. Fueron esa figura paterna y ese vínculo con la disciplina militar los que empezaron a forjar al mito que a los 43 años acaba de ganar su quinto Masters de Augusta, su 15º grande, 11 años después del último y tras superar un calvario de lesiones y problemas personales. Tiger comenzó su leyenda precisamente en Augusta en 1997 y ahí la ha retomado como si cerrara un círculo. Con la familia siempre presente.

Earl educó a Tiger como si fuera un marine. Con mano dura y métodos a veces no muy pedagógicos. Como hacerle que perdiera la concentración con alguna burla o insulto cuando el niño iba a patear una bola. Así aprendió el chico a convertirse en una máquina de ganar. Y cuando logró su primer grande en 1997, ahí estaba su padre, enfermo del corazón, para celebrar el fruto de ese adiestramiento con un abrazo que Tiger ha repetido ahora con sus hijos. “Hice lo mismo con mi padre y ahora soy el padre con mi hijo haciendo lo mismo. He ganado por ellos”, dijo Woods. Después de su histórica victoria buscó a su núcleo familiar. Sus hijos, Sam y Charlie. Su madre. Y su pareja, Erica Herman, la antigua encargada del restaurante de Tiger en Florida, The Woods Jupiter, con la que ha encontrado una estabilidad emocional que ha trasladado al golf.

Tiger Woods abraza a su madre y a su hijo, Charlie Axel, tras ganar el Masters de Augusta el pasado día 14 .Tiger Woods abraza a su madre y a su hijo, Charlie Axel, tras ganar el Masters de Augusta el pasado día 14 . Andrew Redington AFP

La carrera de Woods dio un volantazo en 2009. A finales de ese año, una pelea con su mujer, Elin Nordegren, destapó el escándalo.

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