Las juergas de Metallica eran tan míticas que, cuando sus fans les apodaron “Alcohollica”, ellos se hicieron camisetas con este sobrenombre. “Destrozábamos camerinos porque era lo que se esperaba de nosotros”, confesó James Hetfield, cantante, compositor y guitarrista. Y añadió: “Luego te llegaba la factura. Al acabar la gira no teníamos dinero porque lo habíamos gastado en reponer los muebles. Una vez un colega y yo nos empeñamos en meter el catering por la rejilla de ventilación de mi tráiler y, como no cabía, decidimos hacer boquetes. Acabamos destrozando el tráiler. El promotor nos dijo que había tenido la misma conversación con Sid Vicious y Keith Moon y yo pensé que eso molaba mucho. Pero luego recordé que ambos están muertos, así que quizá no molase tanto. Estaba claro que tenía que solucionar mis mierdas”.

Cuando surgieron Metallica, la revista ‘Newsweek’ los describió como “feos, malolientes y desagradables”, pero los chavales inadaptados de todo el mundo los eligieron como sus ídolos

Los ingresos en clínicas de desintoxicación siempre se cuentan en tercera persona, porque el paciente no está en condiciones de explicar nada, con una célebre excepción: James Hetfield (California, 1963) en el documental de 2004 Some kind of monster. Lo que iba a ser un reportaje promocional sobre la grabación del octavo álbum de Metallica acabó convertido en una sesión de terapia con un salto temporal de diez meses en medio para que el cantante retomase el control sobre su vida.

“No os caería bien si supieses todas las cosas horribles que he hecho”, advirtió en una ocasión  Hetfield, “cosas vergonzosas y oscuras, algunas las he sacado de mis padres llevándolas un poco más lejos. Otras he conseguido dejarlas. Algunas las he creado yo solo y me siguen avergonzando”. La semana pasada la banda canceló su gira australiana por la recaída de Hetfield en el alcohol, quien esta vez guarda silencio, mediante un comunicado firmado por los otros tres integrantes de Metallica en el que confirman que el cantante ha ingresado en rehabilitación por segunda vez.

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