Por primera vez, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, en Estados Unidos, han descubierto que los fagos -pequeños virus que atacan a las bacterias- son claves para iniciar la rápida evolución bacteriana que conduce a la aparición de superbacterias’ resistentes al tratamiento, según publican en la revista ‘Science Advances’.

Los investigadores han demostrado que, en contra de una teoría dominante en el campo de la microbiología evolutiva, el proceso de adaptación y diversificación en las colonias bacterianas no parte de una población clonal homogénea.

Se sorprendieron al descubrir que la causa de gran parte de la adaptación temprana no eran mutaciones puntuales aleatorias. En cambio, descubrieron que los fagos, que normalmente consideramos parásitos bacterianos, son los que dieron a las cepas ganadoras la ventaja evolutiva desde el principio.

«Esencialmente, un parásito se convirtió en un arma –señala el autor principal, el doctor Vaughn Cooper, profesor de microbiología y genética molecular en Pitt–. Los fagos dotaron a los vencedores de los medios para ganar. Lo que mataba a los bichos más sensibles daba ventaja a los demás».

Cuando se trata de bacterias, un observador atento puede seguir la evolución en el lapso de unos pocos días. Debido a la rapidez con la que crecen las bacterias,

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