Cuando se realizan ejercicios enfocados a trabajar la memoria y la concentración, se produce un aumento del flujo sanguíneo hacia el cerebro compuesto por oxígeno y nutrientes, necesarios para realizar tareas que necesiten atención. Por esta razón, es importante trabajarlos para retrasar al máximo el deterioro cognitivo y evitar el avance de trastornos cerebrales como el Alzhéimer y, por tanto, la demencia.

¿Cuáles son los diferentes tipos de memoria?

Existen diferentes tipos de memoria, cada uno sigue su propia lógica y modus operandi, aunque todas cooperan entre sí en el proceso de memorización. Cualquier información que conserva la memoria no se almacena sin antes ser alterada. La memoria se modifica de forma constante, aunque no somos plenamente conscientes de ello.

1. Memoria sensorial: Es aquella que existe a través de los sentidos, principalmente mediante la vista y el oído. Suele ser muy breve, dura entre uno y dos segundos, desaparece de inmediato o se transmite a la memoria a corto plazo.

2. Memoria a corto plazo: Una vez se ha seleccionado y atendido información en la memoria sensorial, pasa a la memoria a corto plazo, también de capacidad limitada. Realiza dos funciones principales:

  • Por un lado, mantiene información en la mente, no estando dicha información presente.

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