En nuestro país, entre un 1 y un 5% de los gatos padecen el Virus de la Inmunodeficiencia Felina (VIF), aunque algunos estudios epidemiológicos creen que la prevalencia de la patología podría ser muy inferior y llegar incluso hasta el 15%. A pesar de esta elevada prevalencia, se trata de una enfermedad poco conocida por los dueños de gatos entre la población. Para conocer mejor este virus, los síntomas que provoca y el pronóstico que tiene, charlamos con Diana Palacios, veterinaria de AniCura Asturpet.

El VIF es un “lentivirus linfotrópico que causa un síndrome de inmunodeficiencia adquirida en gatos”, es decir, que debilita de manera progresiva el sistema inmune de los gatos. Actúa de la misma manera que el VIH humano, pero “presenta diferentes antígenos y son virus específicos de especie”, asegura Diana. Por este motivo, un gato infectado con VIF no puede trasmitir el virus a los humanos, sino solo a ejemplares de su misma especie.

La disminución progresiva del sistema inmunitario del gato provoca que el animal sea más susceptible a las infecciones por otros virus, bacterias o parásitos.

Los síntomas, que a veces tardar en aparecer, son distintos en cada gato, lo que provoca que muchas veces el diagnóstico sea tardío, “los síntomas pueden ser consecuencia directa del virus o consecuencia de la inmunodupresión secundaria que provoca el virus.

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