Tan complicada está resultando la llegada a España del material que necesitan los sanitarios para luchar contra el coronavirus que por cada buena noticia, que también las hay, surgen dos regulares o malas. Mientras un constante pero insuficiente goteo de aviones aterriza en los aeropuertos españoles con equipos de protección, el Gobierno central y las comunidades autónomas continúan enfrentándose a un mercado que ya se ha vuelto completamente loco y en el que los equipajes se pagan a pie de pista en los aeropuertos de China al mejor postor.

Del país que produce la mayor parte del suministro mundial llegan historias casi increíbles. La última la denunció la presidenta de la región de París, Valérie Pécresse. «Los americanos nos han robado un cargamento de mascarillas», dijo. En este caso, compradores estadounidenses se hicieron en un aeropuerto chino con el equipaje pagando en mano tres o cuatro veces lo que los europeos habían invertido en ellos cuando antes habían cerrado la adquisición. La histeria desatada en los Estados Unidos por el coronavirus ha terminado de agitar un mercado que desde el jueves se enfrenta, además, a un nuevo problema.

China ha impuesto más requisitos a las empresas y ya sólo podrán exportar las compañías que tengan la licencia nacional. De esta manera, pretenden «garantizar la calidad» de sus exportaciones y evitar fiascos como el de los test que no funcionaban de la firma Bioeasy, comprados por España. En este contexto de cada vez más demanda y menos oferta, las comunidades autónomas españolas e incluso el Gobierno central, que ha eliminado (igual que la Unión Europea), las tasas de importación de productos sanitarios, tratan de recolocarse a diario, sin que la necesidad de material cese.

Directo | Así avanza la lucha contra el coronavirus

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) denunció ayer que los profesionales «siguen sin test ni equipos de protección suficientes». En un comunicado,

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