El Gobierno central quería que el Consejo Interterritorial del Servicio Nacional de Salud de este lunes sirviera para avanzar en nuevas medidas de detección temprana del virus y, a la vez, poder analizar otras propuestas como la de acelerar el desconfinamiento de algunas zonas rurales en las que no ha habido casos de coronavirus. Pero el suspenso -parcial o total- de tres comunidades que estaban (y están) seguras de haber hecho correctamente los deberes centró el encuentro telemático entre el ministro de Sanidad Salvador Illa y los consejeros de salud de las 17 comunidades y las dos ciudades autónomas.
Madrid, Andalucía y Valencia sacaron toda su artillería para denunciar el «agravio comparativo» que, en su opinión, ha supuesto que la Comunidad de Madrid entera, 14 áreas sanitarias valencianas y las provincias andaluzas de Málaga y Granada se hayan quedado varadas en la fase 0. Aunque Cataluña y las dos Castillas también tienen amplias áreas, comarcas e incluso provincias que se han quedado sin pasar de estadio, fueron los Gobiernos de los populares Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno y del socialista Ximo Puig los que se enfrentaron a Illa, al que pidieron explicaciones y, sobre todo, conocer los detalles de los informes que han servido para firmar el suspenso.
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Según fuentes presentes en la reunión telemática, hubo críticas por la falta de transparencia en los criterios aplicados, acusaciones de que los parámetros usados no han sido los mismos para todas las comunidades e incluso insinuaciones de trato de favor a algunas autonomías, en particular al País Vasco.
Madrid no quiso esperar más y, en su turno de intervención, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, anunció que la región enviará esta misma semana un nuevo informe para poder avanzar el próximo lunes 18 a la siguiente fase.