Se calcula que uno de cada cuatro niños sufre dolor crónico, ya sea por alguna patología diagnosticada o sin causa aparente. Se trata de un dolor de difícil manejo por varios factores, como la falta de herramientas de medición, debido a que los niños no saben expresar en muchas ocasiones qué les pasa, y la escasa oferta de tratamientos específicos.

Por estos motivos, los especialistas y profesionales piden que el dolor infantil se aborde como una patología en sí misma. Este es uno de los objetivos de la Fundación Grünenthal, organización que promueve la investigación y la formación en el abordaje del dolor. Entre sus objetivos principales está favorecer el conocimiento sobre el dolor infantil, así como sensibilizar y concienciar a la sociedad sobre su impacto en la calidad de vida de los más jóvenes y sus familias.

Uno de sus patronos, el doctor Jordi Miró Martínez, director de la Cátedra de Dolor Infantil URV-FG de la Universitat Rovira i Virgili (Tarragona), nos habla de las peculiaridades de este tipo de dolor y a mejor manera de abordarlo.

¿Qué peculiaridades tiene el dolor infantil y por qué hay que tratarlo de modo diferente?

Lo que es peculiar es la persona, por eso debemos tratar diferente a las personas (niños, adultos, ancianos…) porque son diferentes. Por ejemplo, y esto es muy importante, los niños más pequeños no tienen desarrollado el sistema de control que los adultos sí, puede que tampoco hayan aprendido estrategias eficientes y, sin duda, son dependientes respecto de los adultos para poder manejar adecuadamente estos problemas. El dolor como experiencia es muy parecido, lo que lo hace diferente es quién lo experimenta, con unas características personales concretas que definen cómo puede o debe ser tratado el problema. Y esto es particularmente más cierto evidente cuando se trata de problemas crónicos de dolor.

¿Cómo suele abordarse el dolor infantil, entonces?

Depende del tipo de dolor que se trate. Si distinguimos entre dolor agudo y crónico, las diferencias son muy importantes. En el caso del dolor agudo, el tratamiento es fundamentalmente biomédico (o farmacológico), mientras que si es crónico, entonces el tratamiento de elección debe ser interdisciplinar. Eso contempla: farmacológico, psicológico y de rehabilitación física.

¿Es distinto al de la población adulta?

El planteamiento de base es prácticamente el mismo,

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