Nadie está libre de que pueda acabar infectado por el coronavirus en un mundo tan globalizado como el actual, aunque la propagación de la epidemia está corriendo diferentes caminos dependiendo de los continentes por donde surgen nuevos casos. Con el epicentro en la provincia china de Wuhan, la expansión afecta fundamentalmente a ese país y a buena parte del sudeste asiático. Desde ahí, el área más afectada, aunque en mucho menor número, es Europa, donde hay registrados 39 casos.
A los dos que ya se conocen en España -uno en La Palma, y el confirmado ayer en Mallorca-, se unen los 14 de Alemania, el país europeo más afectado; o los 11 de Francia. De hecho, el Gobierno galo ha llegado a desaconsejar los viajes a China «salvo por razones imperiosas». El sábado se anunciaron cinco contagios (cuatro adultos y un niño británicos).
En Estados Unidos son 12 los afectados. Entre ellos, un estadounidense de origen chino ha fallecido ya por esta enfermedad. Estos casos se unen a los 7 de Canadá. Sin embargo, en ninguno de los países de América Latina, desde México hasta Argentina, ha brotado todavía ningún infectado, convirtiéndose, junto a África, en la región más inmune a este virus.