El níquel es un elemento químico muy abundante en la Tierra, por lo que es inevitable que acabe estando presente también en buena medida en muchos alimentos y hasta cierto punto en el agua.

Al contrario que otros metales, como el hierro o el cobre, no cumple ninguna función en el organismo humano que conozcamos (lo que no deja de ser curioso, si tenemos en cuenta que sí que se sabe que es importante para la salud de otros animales) pero, afortunadamente, en las cantidades en las que normalmente lo encontramos en los alimentos tampoco resulta tóxico ni perjudicial para la mayoría de la población.

Los alimentos con más níquel

Sin embargo, hay excepciones a esta regla. Y es que hay personas que son más sensibles de lo común al níquel, en las que puede provocar reacciones de tipo alérgico de cierta relevancia clínica (mayormente cutáneas). Por ello, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) elabora un informe en el que detalla los alimentos con mayor contenido en níquel y que, por tanto, tienen más riesgo de provocar reacciones en este segmento de la población.

Así, los alimentos que tienden a acumular mayores concentraciones de níquel son «legumbres, frutos secos y semillas oleaginosas» (particularmente, las habas de soja,

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