España ha superado este miércoles la frontera de los 100.0000 contagios, una línea que solo han traspasado los dos países más azotados por el coronavirus: Estados Unidos e Italia. La pandemia alcanza exactamente los 102.136 casos, tras los 7.719 infectados notificados hoy. Uno de cada 450 españoles ha dado ya positivo ya al COVID-19, aunque el número de contagiados reales es, sin duda, mucho mayor.
El virus además se ha cobrado la vida de 864 personas en las últimas 24 horas, nuevo récord desde que comenzó la crisis, elevando el balance de víctimas mortales a 9.053 personas. Por quinto día consecutivo, las víctimas mortales de la pandemia superan las 800. Es, además, la segunda jornada consecutiva en la que los fallecidos baten su marca de la serie histórica.
Sin embargo, y a pesar de otro día de trágicas cifras, las estadísticas del Ministerio de Sanidad confirman que España ya ha superado el pico infectivo la pasada semana y que la pandemia, tras unos días de cifras aparentemente contradictorias típicas de la fase de estabilización de la propagación, ahora empieza a ralentizarse.
Que el número de víctimas mortales diarias no iba a disminuir de manera automática tras alcanzar la cúspide infectiva era algo que los expertos daban por descontado, ya que el ritmo de los decesos tarda mucho más en desacelerarse, puesto que se trata de personas que se contagiaron hace semanas, incluso hace más de un mes, cuando la epidemia se encontraba en plena fase de expansión, tal y como ha recordado hoy María José Sierra, jefa del Área del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias.
No obstante, el incremento porcentual diario de fallecidos entre el martes y el miércoles se ha situado en un 10%, el menor aumento desde que se desató la pandemia en España. Se trata de un porcentaje muy alejado al 27% de incremento diario que se registraba hace una semana.