España está a la cola de Europa en gasto sanitario público, pero, en general, sus ciudadanos gozan de mejor salud: tienen la esperanza de vida más alta de la Unión Europea, menos muertes por causas evitables y mayor tasa de supervivencia por cáncer, según un informe de la Comisión Europea (CE). Esto significa que el Sistema Nacional de Salud español es «muy eficiente», según Cristian Herrera, analista de la OCDE, organismo que ha colaborado con la CE en la elaboración del Informe sobre el Estado de Salud en España, que se enmarca en uno más amplio sobre el estado de salud general de la UE, presentado oficialmente este jueves en Bruselas. En la mayoría de los indicadores de salud, España se sitúa por encima de los países europeos a pesar de que destina un 8,9% del PIB al gasto sanitario, comparable a Chequia o Eslovenia, frente al 9,8% de la media comunitaria, con un gasto medio por persona y año de 2.371 euros (la media de la UE es de 2.884 euros). Las razones que justifican la eficiencia a pesar del menor gasto son las políticas de prevención que actúan sobre los factores de riesgo, una atención primaria «fuerte» que evita que las personas lleguen al hospital y las iniciativas que reducen las actuaciones de escaso valor sanitario, como el traspaso de cirugías hospitalarias al ámbito ambulatorio. El informe pone de relieve que la esperanza de vida en España es la más alta de Europa (2,5 años por encima de la media), aunque no todos los años que se viven en la vejez se tiene buena salud: a partir de los 65 años, los españoles dicen tener más enfermedades crónicas, más limitaciones en las actividades cotidianas y más síntomas de depresión. No obstante, las desigualdades sociales y la brecha de género y de nivel educacional en cuanto a esperanza de vida son menos pronunciadas que en la mayoría de países europeos, según el informe, en el que ha participado también el Observatorio Europeo de Sistemas de Salud. Las cardiopatías isquémicas (infartos), los accidentes cerebrovasculares (ictus) y el cáncer de pulmón siguen siendo las principales causas de muerte, aunque en las enfermedades cardiovasculares la tasa de mortalidad ha disminuido. Han aumentado las muertes por alzhéimer debido al envejecimiento de la población (España es uno de los países europeos más envejecidos) y al mayor diagnóstico de esta enfermedad.

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