La XIII Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes) ha puesto de manifiesto «un problema emergente», el del consumo de cigarrillos electrónicos entre los estudiantes de 14 a 18 años. Así lo advirtió este martes la ministra de Sanidad en funciones, María Luisa Carcedo, en la presentación de dicho estudio, un acto en el que estuvo acompañada de la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Azucena Martí. Carcedo resaltó la importancia del sondeo «para orientar las políticas y potenciar la eficacia de las acciones contra las adicciones«. Estudes analiza cada dos años la utilización de diferentes sustancias psicoactivas por parte de los jóvenes y en esta ocasión incluye como novedad los videojuegos, a los que el 82,2% admite haber jugado. El 48,4% de los estudiantes dice haber utilizado alguna vez un cigarrillo electrónico, un porcentaje que en 2016 se situaba en el 20,1%. En función del tipo de cartucho, el 67,1% los emplea sin nicotina y el 11,3% con ella. El 21,6% restante usa las dos modalidades. La proporción de usuarios es considerablemente más alta entre los que fuman tabaco, superando el 75%, y entre los chicos. Mientras el 41,9% de los encuestados responde haberlos consumido en el último año y el 17,6% afirma haberlo hecho en el último mes, las cifras bajan al 33,9 y al 12,4%, respectivamente, en el caso de las encuestadas.»Uno de cada dos jóvenes ha utilizado estos nuevos dispositivos por muchos factores, como la moda o porque puede parecer hasta elegante», destacó la ministra. A esos motivos se podría añadir que es más fácil camuflar su olor que el del cigarro tradicional. El cannabis continúa siendo la droga ilegal más consumida. El porcentaje de quienes la han probado alguna vez sube dos puntos respecto a la edición anterior, hasta el 33%. También son más quienes la han consumido en el último año (del 26,3 al 27,5%) y los que lo han hecho en los últimos treinta días (del 18,3 al 19,3%). Desde 2010 persiste la consideración de que esta sustancia es menos peligrosa que el tabaco. De hecho, la percepción de riesgo ha descendido ligeramente. El 87,5% cree que consumirla habitualmente puede causar muchos o bastantes problemas, frente al 90,7% de 2016. Respecto al consumo esporádico, el 51,9% percibe ese riesgo, cuando hace dos años era el 54,1%.

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