El sobrepeso no es solo un problema de salud en buena parte de la sociedad occidental. Lo es, también, económico, porque sobrecarga los gastos en sanidad y afecta a la productividad laboral y escolar y favorece la desigualdad social, advierte la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en un informe titulado, precisamente, “La pesada carga de la obesidad”.

Visto que desde hace años diversas autoridades vienen advirtiendo sobre los peligros del sobrepeso y la obesidad en la salud ciudadana y aún así muchos siguen haciendo oídos sordos a las recomendaciones, el organismo económico con sede en París ha decidido este año, el décimo desde que publicó su primer informe sobre esta cuestión, hacer hincapié en algo que sí duele a muchos: el bolsillo. Y su advertencia es clara: “La obesidad supone una alarmante carga en individuos, sociedades y economías de los países de la OCDE y más allá”.

España, pese a su fama internacional por la dieta mediterránea, no se libra de esta “carga”. Más de la mitad de la población española tiene sobrepeso, lo que les resta 2,6 años de vida. Si bien esta tasa está dentro de la media de la OCDE, España supera en gastos en sanidad a muchos de los otros miembros del organismo. Mientras que la obesidad supone de media en la OCDE una carga del 8,4% a los gastos sanitarios, en España esta cifra escala hasta el 9,7%, siendo solo superada por Canadá, Alemania (11% respectivamente) y Estados Unidos (14%). Hablando en plata: el sobrepeso reduce el PIB español en un 2,9%. Y para cubrir esos costes, “cada ciudadano en España paga 265 euros adicionales de impuestos al año”, también por encima de la media de 181,60 euros de la OCDE.

En términos generales, más de la mitad de la población sufre de sobrepeso en 34 de los 36 países de la OCDE, donde casi una de cada cuatro personas es obesa. Una tendencia que no ha hecho más que aumentar en los últimos años, a pesar de las reiteradas advertencias: desde 2010 a 2016,

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