En la guerra de cifras en las que están inmersos el Gobierno catalán y el Govern catalán, a cuenta del número de fallecidos por coronavirus, pues no coinciden los datos de unos y otros, el Ejecutivo autonómico ha introducido esta tarde a un tercer contendiente, el Ayuntamiento de Barcelona, a cuya agencia de salud pública ha cargado con las culpas de que el Ministerio de Salud recibiera ayer más de 600 fallecidos de golpe, lo que hizo saltar todas las alarmas de un posible nuevo rebrote. «Es un problema de tempos», ha asegurado la consejera de Salud, Alba Vergés, que se ha escudado en que hay territorios, y en concreto ha apuntado a la agencia que gestiona la salud de la ciudad de Barcelona, que se han retrasado en la transmisión de datos, lo que provoca alteraciones en el proceso de comunicación de cifras.
Según el Ministerio del Interior, la Consejería de Salud de la Generalitat notificó ayer en solo un día 632 muertos, que correspondían a días anteriores. «No es baladí no saber qué está pasando en Cataluña», dijo. «Si no se soluciona este problema, habrá que tener discusiones a nivel más alto», avisó. A su juicio, existe, incongruencia en las cifras. Vergés ha replicado con contundencia a Simón. «Quien sabe lo que pasa en Cataluña, somos nosotros», ha asegurado. «Sabemos dónde estamos y cómo estamos», ha añadido. «Los datos los tenemos nosotros. Somos nosotros los que tenemos la capacidad de tomar las decisiones, de hacer las propuestas de desconfinamiento, de analizar los indicadores y de proponer lo que creemos que es mejor«, ha afirmado. El Departamento de Salud del Gobierno catalán ha sacado pecho y ha presumido de transparencia y ha avisado al Gobierno que trabaja para la gente y no para el Ministerio y que por tanto su prioridad es dar a conocer las cifras antes a la ciudadanía que a los técnicos del Ministerio de Sanidad.