El consumo de fentanilo, uno de los narcóticos más adictivos y mortíferos que existen, es cada vez más común en la frontera norte de México, muchas veces sin que los propios usuarios lo sepan. Esas son las conclusiones de una investigación publicada esta semana por el Instituto Nacional Psiquiatría Ramón de la Fuente (INPRF) y la asociación civil Prevencasa, que detectó rastros del opioide sintético en instrumentos utilizados para el consumo de heroína. La vecindad con Estados Unidos, donde esta sustancia está detrás de una epidemia que deja 170 muertes por sobredosis al día, no solo ha apuntalado el papel del país como exportador y territorio de paso, también ha creado un mercado incipiente de drogas duras como consecuencia de las rutas del narcotráfico. «Si no actuamos es posible que México presente una crisis, el mercado ilícito de fentanilo ha llegado a la frontera y ya está afectando a los usuarios de drogas inyectables, las poblaciones más vulnerables», señala Clara Fleiz, investigadora del INPRF y una de las autoras del estudio.

El equipo de investigadores —en el que también participaron especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Nacional Autónoma de México— utilizó tiras de alta sensibilidad para detectar rastros de fentanilo en la llamada «parafernalia» que usan 89 usuarios de heroína en la ciudad fronteriza de Tijuana para ingerir la sustancia. La heroína se vende en varias presentaciones, la más común es la goma negra y también se comercia como polvo blanco, que se puede cortar con otros narcóticos como el cristal (MDMA) y la cocaína para potenciar los efectos de la droga. Los expertos encontraron fentanilo en el 93% de las 59 muestras de polvo blanco «puro» y en las nueve muestras que obtuvieron de heroína mezclada con MDMA. «Es momento de que se haga una estrategia integral antes de que el problema escale como en EE UU», apunta Fleiz.

«El estudio confirma lo que estábamos viendo: las sobredosis con polvo blanco no solo son más comunes,

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