Una nueva investigación dirigida por la Universidad de Sidney (Australia) ha descubierto que los niveles elevados de actividad física no contrarrestan los efectos perjudiciales de una mala dieta en el riesgo de mortalidad.

El trabajo, publicado en la revista científica British Journal of Sports Medicine, ha revelado que los participantes que realizaban un alto nivel de actividad física y seguían una dieta de alta calidad tenían el menor riesgo de muerte, lo que demuestra que no se puede «dejar atrás» una mala dieta.

Dieta de calidad y altos niveles de actividad

Los investigadores examinaron los efectos independientes y conjuntos de la dieta y la actividad física en la mortalidad por cualquier causa, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, utilizando una amplia muestra poblacional (360.600) de adultos británicos del UK Biobank.

Las dietas de alta calidad incluían al menos cinco raciones de fruta y verdura al día, dos raciones de pescado a la semana y un menor consumo de carne roja, especialmente de carne procesada.

El estudio ha evidenciado que, en el caso de los que tenían altos niveles de actividad física y una dieta de alta calidad, su riesgo de mortalidad se reducía en un 17 por ciento por todas las causas, en un 19 por ciento por enfermedades cardiovasculares y en un 27 por ciento por cánceres seleccionados,

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