El dintel de inmunidad es el concepto con el que sueñan todos los epidemiólogos. Es la expresión con la que se define al momento en el que hay suficiente gente inmune para que el patógeno no logre transmitirse. Ese momento, por ahora, está muy lejos de las cifras de contagio en España. El debate está en cómo llegar a esa cifra y analizar los costes que supone.

«El dintel de inmunidad, simplificándolo, se puede comparar con el comecocos. Cuando han desaparecido todas las fichas susceptibles, el bicho se muere. ¿Cómo conseguir que todas las fichas desaparezcan en el caso del virus? Con inmunidad y profilaxis», afirma el epidemiólogo y experto en enfermedades infecciosas del Instituto Salud Global, impulsado por la Caixa, Carlos Chaccour. Para llegar a esa inmunidad existen por ahora varios condicionantes. Uno de ellos es que no se conoce cuál es la posibilidad de volver a contraer la enfermedad de aquellas personas que ya la han pasado. En el caso del coronavirus denominado como Síndrome Respiratorio Agudo y Severo 1 (SARS1), su periodo de inmunidad es de tres años, aunque en la actualidad no se sabe si la cifra es extrapoblable.

«Hay modelos que se han planteado para conseguir la inmunidad de la población como, por ejemplo, la teoría del rebaño», explica Chaccour. «Con este plan, que es el que se planteó Inglaterra, se deja que una parte de la población se contagie y alcance así la inmunidad que protegerá al resto de la sociedad hasta que se desarrolle una vacuna», agrega. Inglaterra, que se planteó en un momento la posibilidad de aplicar esta teoría, ya ha aceptado los planes de confinamiento.

Pero el confinamiento, tal y como se ha planteado en España, también genera problemas y dudas en el debate científico. Carlos Chaccour forma parte del grupo de 70 epidemiólogos que han firmado una carta en la que piden que se endurezca la cuarentena para conseguir controlar el avance de la enfermedad «y salvar vidas humanas».

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