El coronavirus de Wuhan continúa su rápida expansión por China. Las víctimas mortales ya suman 80 y los infectados llegan a 2.762, casi 800 más que 24 horas antes. Más de 30.000 personas permanecen en observación, de las que 5.794 se sospecha que se hayan contagiado con el patógeno. Las autoridades, que ya habían alertado de que la capacidad de infección del virus se está reforzando, han reconocido que uno de los puntos débiles del control son las extensas áreas rurales, a las que han regresado millones de emigrantes de zonas urbanas durante los festejos del año nuevo lunar.

Desde que el sábado pasado el presidente chino, Xi Jinping, convocó al máximo órgano de mando en el país, el Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista, para ordenar que no se reparara en costes para atajar la crisis, Pekín quiere dejar claro que está moviendo cielo y tierra para conseguirlo. Este lunes ha aterrizado en Wuhan, la ciudad de 11 millones de personas en el epicentro de la crisis, el primer ministro Li Keqiang, puesto al frente de la coordinación de los esfuerzos.

Según ha indicado el Consejo de Estado, el Ejecutivo chino, en un breve comunicado, Li visitaba los hospitales de la ciudad y supervisaba los trabajos de prevención y control. En los últimos días, los centros médicos habían advertido de que se agotaban sus existencias de material protector y habían lanzado solicitudes de donaciones al público. El propio Gobierno chino había admitido el domingo problemas para garantizar el suministro, aunque también había insistido en que movilizará las fábricas nacionales y recurrirá a los distribuidores internacionales para cubrir el hueco lo antes posible.

En la rueda de prensa diaria de la Comisión Nacional de Salud —otra de las medidas para demostrar transparencia en la gestión de la crisis—, He Qinghua, alto responsable del Centro para la Prevención y Control de Enfermedades, ha advertido de que uno de los grandes desafíos para limitar la difusión del virus se encuentra en las zonas rurales. La temporada de año nuevo ha hecho que decenas de millones de migrantes en áreas urbanas hayan regresado a sus lugares de origen para reunirse con sus familias.

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