La alarma sanitaria provocada por los casos de coronavirus en Irán llevó a Armenia, Turquía, Afganistán y Pakistán a cerrar sus fronteras con la república islámica y cortar todas las conexiones aéreas con Teherán. El ministerio de Salud elevó a doce los muertos y a 61 el número de infectados por el virus, pero el diputado por Qom, Ahmad Amirabadi, denunció que solo en su ciudad «hasta anoche unas 50 personas han muerto debido al coronavirus, el ministro de Salud es culpable en este tema», según recogió la agencia no oficial ILNA. Amirabadi habló con la prensa tras una sesión del parlamento y criticó duramente la situación que se vive en Qom, situada 120 kilómetros al sur de la capital, donde las medidas de prevención «no han sido eficaces» y «los enfermeros no tienen ropa adecuada de cuarentena». El diputado pidió al ministro de Salud, Saad Namaki, «que ponga en cuarentena» a esta ciudad santa y recordó que el virus llegó «hace tres semanas».

El ministerio de Salud trató de rebajar la alarma provocada por unas declaraciones que sacaron a la luz las diferencias internas entre los responsables del régimen para gestionar la situación. Irán se ha convertido en el país con mayor número de fallecidos por el COVID-19 por detrás de China y Qom es el epicentro de la enfermedad, lo que llevó a las autoridades a pedir a viajeros y peregrinos que suspendan las visitas de forma temporal. El ministro de Salud informó de que «el virus llegó a Irán por medio de un comerciante de Qom, que murió al poco de regresar de China, a donde volaba con frecuencia. Los vuelos entre los dos países estaban suspendidos, pero utilizaba conexiones indirectas».

Con Irán como mayor foco del virus, otros gobiernos regionales como los de Líbano, Irak, Kuwait, Bahrein o Emiratos Árabes Unidos también confirmaron la aparición de los primeros casos. Se trataría de gente que se ha contagiado tras pasar por la república islámica.

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